mayo 07, 2010

Voces Magisteriales │Nota "La Jornada" y Carta abierta BENM

Correo de Juan Manuél Rendón de la BENM
reenviado por el Profesor Héctor Marín Rebollo.
 
Compañeros, amigos, amigas:

Creo que es necesario pensar y repensar este asunto. La razón es simple: impactará la forma del pensamiento social de los niños y los jóvenes de nuestro país a través de la formación de los maestros de básica.

No se nos puede olvidar que el Consenso de Washington que se nos ha impuesto, pasa por la desnacionalización y la imposición de otras culturas

Héctor Marín Rebollo

Nota de La Jornada y Carta Abierta
Fecha: Miércoles 6 de mayo 2010
De: andamioseducativos@gmail.com

Colegas:

Con el propósito de que conozcan y difundan la Carta Abierta que suscribimos, y en la que expresamos nuestra posición sobre la reforma curricular que pretende implantar la DGESPE, y la nota periodística que salió hoy en La Jornada al respecto, les estoy enviando, adjuntos, los dos documentos.

Creemos que necesario y urgente promover un análisis serio y profundo de la propuesta de reforma, a la luz de las tendencias neoliberales -mandatadas por la OCDE, que están impactando a toda la educación en nuestro país, y de sus implicaciones para las escuelas normales.

El próximo 12 de mayo, a las 10 horas, nos reuniremos en la BENM profesores de las normales del DF para definir una posición y, en la medida de lo posible, un plan de acción.

¡Por la defensa de la educación pública!

Atte.
Juan Manuel Rendón

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NOTA PUBLICADA EN LA JORNADA, 5 DE MAYO 2010.


Afirman que propuesta de la SEP tiene “contradicciones fundamentales”
Exigen profesores análisis previo a cambios curriculares en normales
Demandan participación amplia de toda la comunidad académica

Laura Poy Solano
La Jornada, miércoles 5 de mayo de 2010, p. 40

Catedráticos de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM) demandaron a la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), que encabeza Marcela Santillán Nieto, no aplicar ningún cambio en los planes y programas académicos de las escuelas normales del país, como propone la Secretaría de Educación Pública (SEP), sin antes realizar una evaluación curricular “amplia y participativa” de las instituciones formadoras de docentes.

En una carta abierta dirigida a Santillán Nieto, entregada el pasado 30 de abril con la firma de 68 profesores e investigadores de la BENM, expresan que la nueva reforma curricular en las normales que busca aplicar la DGESPE impulsa un proceso de renovación caracterizado por “falta de transparencia, desorganización, ocultamiento de información”, así como una “elitización en el análisis, discusión y definición de los temas”.

Exigieron realizar un proceso de evaluación curricular integral que permita la participación de los cuerpos académicos de todas las normales, por medio de jornadas de estudio, análisis y debate sobre el sentido y orientación de la formación docente, así como del modelo curricular. Demandaron a la funcionaria establecer un proceso “transparente, integral, ampliamente participativo e interactivo”, así como emitir un pronunciamiento oficial que reconozca el “papel histórico que seguirán jugando las normales en la formación de profesionales de la educación”.

Señalan que los documentos base de la propuesta –Modelo integral para la formación profesional y el desarrollo de competencias del maestro de educación básica y Modelo curricular para la formación profesional de los maestros de educación básica– no fueron discutidos “ampliamente” por los cuerpos académicos de las normales, a lo que se suman “contradicciones fundamentales (en ambos textos) que evidencian una falta de coherencia en sus planteamientos e inconsistencia de la propuesta”.

Alertaron sobre la “empecinada imposición de un modelo basado en competencias de la educación básica que ha derivado, en la práctica, en el retorno silencioso del neoconductismo. A esto hay que agregar una reforma integral de la educación básica altamente cuestionada, libros de texto gratuitos plagados de errores y el énfasis puesto en la evaluación, sin un sentido formativo”.


C A R T A A B I E R T A

M. MARCELA SANTILLÁN NIETO
DIRECTORA GENERAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR PARA PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN

A LA COMUNIDAD ACADÉMICA DE LAS ESCUELAS NORMALES

Los que suscribimos este documento, docentes, coordinadores de Colegio, Jefes de Área y de Unidad, integrantes de Cuerpos Académicos, y representantes sindicales de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, ante la serie de acciones que la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), a su cargo, ha venido promoviendo para implantar una reforma curricular en las Escuelas Normales, cuyos principios, concepciones, y fundamentos teórico-metodológicos de índole curricular están contenidos en los documentos “Modelo integral para la Formación Profesional y el Desarrollo de Competencias del Maestro de Educación Básica” y “Modelo Curricular para la Formación Profesional de los Maestros de Educación Básica” (en lo sucesivo Modelo Integral y Modelo Curricular, respectivamente, y

C O N S I D E R A N D O

Que las Escuelas Normales han representado, y siguen representando, un bastión histórico de la educación en nuestro país, en la formación de los maestros que coadyuvan a construir una nueva ciudadanía y, fundamentalmente, en la defensa de una de las conquistas más valiosas de la lucha del pueblo mexicano: la educación pública, gratuita y laica.

Que el proceso curricular desarrollado, hasta ahora, por la DGESPE se ha caracterizado por la falta de transparencia, la desorganización, el ocultamiento de información y, por ende, la elitización de los participantes en el análisis, discusión y definición de los temas curriculares. Prueba de ello es que el Modelo Curricular se mantuvo en secrecía bajo la leyenda “Documento interno no publicable”, permitiéndose su conocimiento sólo a autoridades y, recientemente, a algunos maestros, en calidad de “notables”, al margen de las comunidades académicas de las Escuelas Normales.

Que, no obstante afirmar que el Modelo Integral es producto del Modelo Curricular, entre ambos hay contradicciones fundamentales que evidencian la falta de coherencia en sus planteamientos y la inconsistencia de la propuesta. Una de esas contradicciones estriba en que, mientras en el Modelo Integral se plantea reiteradamente que el propósito es la actualización y mejora de los planes de estudio de la formación docente, en el Modelo Curricular se anticipa, también reiteradamente, la aplicación de una reforma curricular cuyo “[…] modelo se propone actuar sobre diversos ámbitos de intervención e impactos del sistema de formación profesional de maestros de educación básica: marco normativo e institucional, organización curricular, orientaciones epistemológicas y psicopedagógicas, diseño de planes de estudio, enfoques de aprendizaje, etc.” (MC, p.3). Esta contradicción esencial, además de la incoherencia y la falta de orientación y sentido en lo que se pretende impulsar, sólo ha contribuido a ahondar más la incertidumbre en la comunidad académica.

Que, a pesar de que en el Modelo Curricular se resalta la importancia de una ciudadanía activa, de una sociedad inclusiva y plural, y de la movilización de conocimientos para la construcción de sociedades auténticas, dentro de las sociedades del conocimiento, la concepción y las prácticas de diseño curricular, que impulsa la DGESPE, se olvidan de esos ideales y, en la práctica han eludido la participación, el análisis y, sobre todo, la decisión colectivas; un ejemplo de esto es la definición que se hace en el Modelo Curricular al afirmarse que “La reforma tiene que ser realizada por un grupo de especialistas tanto del área curricular como disciplinar” (MC, p. 9), dejándoles a los docentes la responsabilidad de identificarse con ella y asumirla en su trabajo cotidiano.

Que, no obstante las agudas críticas de los expertos educativos, las condiciones impuestas a la educación básica, desde los imperativos de organismos internacionales, pretenden ser trasladadas, de manera mecánica y acrítica, a la formación docente, sin considerar los efectos negativos que está produciéndose en generaciones de niños. La empecinada imposición del modelo basado en competencias en la educación básica ha derivado, en la práctica, en el retorno silencioso del neoconductismo, A esto hay que agregar una Reforma Integral (RIEB) altamente cuestionada, libros de texto gratuitos plagados de errores, y el énfasis puesto en la evaluación, por la evaluación misma, sin sentido formativo, (Prueba ENLACE, ensayos PreENLACE y Pre-preENLACE, lectura mecánica de velocidad, etc.). Lo cierto es que, aun reconociendo que “los modelos curriculares basados en competencias son tan diversos y confusos, que dan cuenta de una gran variedad de significados” (MI, p.35), la DGESPE ha decidido imponer en la formación docente, el modelo basado en competencias, sin generar en los docentes el estudio y análisis profundos sobre la pertinencia teórica del modelo.

Que, aun cuando se explicitan diversas acciones de evaluación curricular llevadas a cabo por equipos técnicos de la DGESPE, la gran mayoría de los actores de los procesos formativos en las Escuelas Normales, al igual que en el diseño, hemos sido marginados, como protagonistas, de la evaluación curricular, perdiéndose de vista que, desde una perspectiva democrática y procesal, ésta debe ser entendida como un proceso integral, y generador de procesos, en el que deben participar los involucrados.

Que, a pesar de que pudieren ser pertinentes los fundamentos teóricos y metodológicos (sociedades auténticas y del conocimiento, aprendizaje situado, cognición distribuida, reflexión en la acción, situaciones auténticas, etc.) y las “Premisas relacionadas con la Organización y Estructura General del Plan de Estudios” planteados en los documentos Modelo Curricular y Modelo Integral (flexibilidad curricular, programa de tutorías, intercambio y movilidad académica, nuevas opciones de titulación, comunidades de aprendizaje, pensamiento innovador, etc.), de igual manera que en la evaluación, las comunidades académicas de las Escuelas Normales hemos sido marginadas de la discusión y análisis de todos y cada uno de los temas torales imbricados en la formación docente, ignorando la inveterada experiencia que modestamente hemos ido enriqueciendo en nuestras instituciones formadoras a lo largo de la aplicación de los últimos planes de estudio de las licenciaturas en educación básica.

Que, como la experiencia educativa y curricular demuestra, ninguna reforma curricular elaborada e impuesta sin la participación activa, directa, sistemática, consensada y comprometida de los docentes ha tenido, en el corto y mediano plazos, impactos positivos a nivel de curriculum en acción. La construcción de un curriculum debe ser un proceso interactivo, cíclico, generador de procesos, y de toma de decisiones colectivas y consensadas.

D E M A N D A M O S

Un proceso de evaluación curricular, integral y desarrollado desde el plano de la investigación cualitativa, en el que nos involucremos todas las Escuelas Normales, considerando la pluriversidad de los contextos sociales, culturales, institucionales, políticos y académicos de cada región y Escuela Normal. La DGESPE debe comprometerse a dirigir un proceso integral, interactivo y con los apoyos necesarios.

La reestructuración de la ruta que la DGESPE promueve para la definición curricular; es necesario diseñar, en conjunción con representantes directos de las Escuelas Normales, un proceso que inicie con jornadas de estudio, análisis y debate sobre el sentido y orientación sociales de la educación, de la formación docente y de las Escuelas Normales, así como de cada uno de los fundamentos teóricos y las premisas de organización y estructura curriculares, propuestos en el Modelo Curricular y el Modelo Integral. Asimismo, demandamos el compromiso de DGESPE de garantizar un proceso transparente, integral, ampliamente participativo e interactivo, que genere procesos, y que respete consensos. Ello implica, concomitantemente, la responsabilidad de la DGESPE de brindar los recursos y apoyos necesarios para que el proceso cubra, con calidad, las acciones pertinentes, y alcance los propósitos y metas inherentes al mismo.

En tanto que no se garanticen las condiciones para una evaluación curricular ampliamente participativa, y para un proceso de análisis, discusión y definición sobre los fundamentos éticos, filosóficos, epistemológicos, y culturales, entre otros, que deben servir como sustento a una actualización o, más ambiciosamente, a una reforma curricular en las Escuelas Normales, exigimos que la DGESPE se comprometa, en el corto plazo, a no aplicar cambio curricular alguno, en ninguna institución formadora de docentes, siendo consecuente con su propia afirmación de que “[…] es indispensable destacar que falta todavía un largo camino en el proceso de actualización de los planes de estudio de las licenciaturas de educación preescolar, primaria y secundaria” (MI, p.6)

Un pronunciamiento oficial de la DGESPE, reconociendo el papel histórico que seguirán jugando las Escuelas Normales en la formación de profesionales de la educación preescolar, primaria y secundaria, con el consiguiente compromiso de acrecentar los apoyos presupuestales para este sector y garantizar una educación gratuita de calidad.


EN EL MOMENTO DE LA ENTREGA, ESTA CARTA ESTABA SUSCRITA POR SESENTA Y OCHO FIRMAS DE DOCENTES DE LA BENM

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